miércoles, 8 de abril de 2015

Mono lo serás tú (El Comarcal del Jiloca 27/03/15)

No tengo ganas de subir nada nuevo, así que subo esto que ya tengo escrito y en paz. Venga, majetes.
(Ah si, mañana ya podréis comprar el otro)

Mediados del siglo XIX, el biólogo y barbudo inglés Charles Darwin publica El origen de las especies, libro que, en resumidas cuentas, dice que venimos del mono. Esta nueva concepción del ser humano chocaría, como es obvio, con la teoría creacionista de Adán y Eva: Dios hizo el mundo en seis días (el séptimo descansó) y creó al hombre y la mujer a su imagen y semejanza, lo que nos convierte en sus favoritos. Desde que salió ese libro, ha existido un continuo pulso entre el evolucionismo y el creacionismo que perdura hasta nuestros días. En España la balanza (al menos hasta ahora) se inclinaba hacia lo que decía el de las barbas, pero con la reforma educativa de nuestro queridísimo señor Wert, la cosa cambia: la religión empieza a tener un mayor peso dentro del sistema educativo.
El día veinticuatro del pasado mes, el Boletín Oficial del Estado publicó una resolución del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte respecto a la enseñanza de la religión católica en la educación primaria y bachillerato. Dejando de lado lo que se enseña en la escuela y el instituto, que se puede resumir en que se adoctrina al alumno a adorar a Dios y asumir que este es necesario para alcanzar la felicidad; voy a ir a lo verdaderamente grave: lo que nos quieren hacer creer en bachillerato.
Con la nueva reforma educativa si queremos seguir estudiando una vez que acabemos la ESO, nos encontraremos con un dilema: qué teoría elegir. Por un lado tendríamos el evolucionismo, en ciencias del mundo contemporáneo, y por el otro el creacionismo, en religión. Esta segunda opción,  exige en sus criterios de calificación que el alumno reconozca la creación divina del cosmos y la negación de que esta creación venga dada por el azar, como sostiene la otra teoría evolucionista. En resumen, que si quieres aprobar te lo tienes que creer, casi casi como en la Edad Media. De aquí a nada todos con antorchas a la calle a quemar  brujas.
Lo peor es el dilema que se crea dentro del alumno, que, como pasa en Estados Unidos, no sabe si creerse lo que dice la Santa Biblia o el hecho científico de la evolución. Una cosa son las creencias de cada uno, y la otra es intentar imponer tu fe ante algo que está más que comprobado. No nos equivoquemos, España no es un país laico, es un país aconfesional sin una religión oficial secundada por el Estado, pero donde la Iglesia sigue teniendo su peso. Y me da a mí que aquí ha metido algo de mano.
Nos quieren hacer negar que vengamos del mono, y paradójicamente van a conseguir que nos convirtamos en simios. Qué curioso ¿No?


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