lunes, 10 de noviembre de 2014

Zombies en 2ºB

Esto lo escribí cuando era un adorable chico de segundo de la eso (estúpido y sensual Sergio...) en un principio iba a ser algo un poco más largo, pero me dio pereza y ahí se quedó, y si, es patético, pero joder, era joven e inexperto, no muy diferente ahora.
Espero que os guste, y ya que se corta pues a ver si inventáis un final majo o algo, venga, ahí va, con sus faltas y su todo:

Capítulo 1
Raro, friki y empollón, es como me definía la mayoría de la gente, sobretodo el imbécil de Nacho, pero yo vivía feliz con mi mejor amigo Gille, mis cómics y mis libros. Y la verdad es que me daba absolutamente igual lo que me decía la gente.
Antes de nada, soy Santiago, aunque me llaman Santi, tengo chico de trece años, estudiante de segundo de la ESO, mis padres se llaman, mejor dicho, se llamaban (ya que ahora solo son zombies) Pedro y Cristina, recuerdo que estaban preocupados por mí, ya que pasaba la mayor parte de vida encerrado en mi cuarto con mis tebeos o jugando al Call of Duty con la consola, por eso, un día decidieron apuntarme a orientación, para que hiciera un poco de deporte, yo me negué, pero ahora, doy gracias a que me obligaran a ir, ya que como sabéis, en este nuevo mundo, el saber orientarse bien, es esencial para tu supervivencia.
Aveces, quedaba con mi amigo Guille para ir al cine y ver una película, o para echar una partidas al la play station.
Bueno, eso da igual, vamos a centrarnos en la historia. Todo empezó una soleada mañana, a mitad de junio, cuando solo faltaban unos días para acabar el curso, yo, como siempre, estaba sentado en primera fila, atendiendo al profesor,después de que mandara los ejercicios, tuve que ir al baño a beber un poco de agua,debido al ataque de tos que me dió, cuando de pronto vi a Estela, para el que no lo sepa, Estela, es la chica que me gusta, no hay palabras para describirla, simplemente es impresionante, pero hay un problema, y es que es la novia del chulo de Nacho. Pues bien, ella venía corriendo y un poco angustiada, entró al baño y me dijo:

- ¡Santiago corre, ha pasado una cosa extraña en clase!
- No será para tanto.
- ¡Que si! Que el profesor se ha desmallado, y acto seguido se ha puesto de pie y a empezado a morder a Gille, que le ha pasado absolutamente lo mismo
- Tranquila, no te asustes.


Pero ella tenía razón, al salir de allí, vimos que todo el pasillo estaba lleno de gente emitiendo gruñidos y corriendo hacia nosotros. Ella preguntó:

- ¿Que vamos a hacer? ¡No hay escapatoria!

Así, que abrí la ventana, y al más puro estilo Hollywood, cogí mi chaqueta, la até al cable de la luz, y cogiendo a Estela en mis brazos, agarré las mangas y me no tiramos, llegamos a la casa de enfrente, ella se soltó, y bajó por el canelón , cuando ella estaba en el suelo, me dispuse a bajar, pero se me había olvidado una cosa, supongo que cuando estaba a su lado no pensaba en ello, y es que, tengo vértigo. Me bloqueé y agarré fuerte al canalón. Estela se me quedó mirando con cara de miedo y gritó:

-¡Vamos! Haz lo por mi, sin ti no puedo seguir.

Al oír esto, y sin pensarlo un momento, bajé poco a poco, y salté. Inmediatamente después, la puerta del instituto se rompió, y empezaron todos a salir corriendo detrás nuestro, después de una intensa persecución, conseguimos dejarlos atrás, entrando en su casa y cerrando al puerta con llave.

-¿Qué es eso?- Preguntó ella
- No te quiero asustar, pero creo que son zombies.
- ¿Cómo en las películas?
- Si, algo así, aunque estos se infectan acto seguido de la mordedura, así que son mucho más peligrosos
- ¿En serio? ¿Donde has aprendido eso?
- Pues... en los comics.
- A claro, viniendo de ti.
- ¿Cómo?¿Qué es eso de viniendo de mi?- Dije yo un poco alterado.
- Por eso que dicen de que eres un poco friki, pero no importa, gracias a eso, nos hemos podido salvar.
Al decir esto, me tranquilicé un poco. Me ofreció algo de beber, y nos sentamos en el sofá, ella, me agradeció lo que había echo, al hacerlo, se acercó a mí, y justo cuando se disponía a apoyar su cabeza en mi pecho, (lo que era un sueño que tenía desde hace mucho) le sonó el móvil. Era Nacho, resulta que había estado enfermo y que no podía haber ido a clase, así que llamó, preocupado, para comprobar que estaba bien, porque había visto a un montón de gente corriendo por la calle. Ella le explicó todo, y le calmó al decirle que iríamos a rescatarle. Desde luego, no me quedé muy bien al saber que Nacho iba a venir con nosotros, pero era por Estela.

-Santi, tenemos que ir a por él.
-Esta bien, pero antes, hay que asegurase bien.



Cogimos varias cosas por si acaso, como su comba, los viejos dardos de la diana de su padre, una pala, un cinturón de herramientas y una mochila, que llenamos con las cosas de la nevera, por si acaso no podíamos volver. Después de esto, salimos a la calle, para ir a buscar a Nacho.

Capítulo 2
Al asomarnos, pudimos observar que, aparentemente, no había nadie, así que caminamos tranquilos, cuando de repente, un zombie, vino cojeando hacia nosotros,

¡Es el profesor de (aquí va una asignatura cuyo profesor me caía mal)!

Tenía razón, era el pesado de (nombre del profesor, que por respeto a mi persona es mejor no poner), la única persona que me había suspendido un examen en esta vida, así, que decidí vengarme, cogí uno de los dardos, y aunque nunca había tenido buena puntería, la manía que le tenía, me hizo acertar en medio de la frente, y haciendo que se cayera al suelo de inmediato, recogimos el dardo, lo limpiamos y echamos a correr en hacia casa de Nacho, mientras tanto, yo le iba explicando a Estela, que para matar a un zombie, había que darle en la cabeza, ya que el encéfalo es lo único que les hace ser como son. Como antes, surgió la conversación de los tebeos, ella tenía razón, era lo que me había enseñado todo lo que sé de los muertos vivientes, si no fuera por la lectura, seguramente, ya seríamos uno de ellos.
El padre de Nacho, trabajaba en el banco, lo que le daba bastante dinero, lo que le hacía tener una buena casa, a las afueras de la ciudad, por lo tanto, teníamos que atravesar todo el pueblo para poder llegar allí. Al torcer la esquina hacia el parque, un zombie nos miró, y empezó a gritar como un loco para atraer a los demás, que empezaron a llegar en multitud, y a lo que nos dimos cuenta, tuvimos que echar a correr, hasta llegar a la fábrica de harina, donde había unas escaleras pegadas a la pared para poder acceder al almacén. Así que fuimos por allí, ya que los zombies no coordinan bien las manos y pies, lo que les impide subir ese tipo de escaleras.
Una vez arriba, subimos al tejado, y de ahí, fuimos pasando de tejado en tejado, hasta que no vimos más zombies, y nos colamos por un tragaluz que daba al desván de una casa, bajamos abajo, todo estaba en silencio, recorrimos el piso, hasta llegar a la una de las habitaciones, en la que nos pareció que no había nadie, pero justo cuando íbamos a entrar, la puerta se cerró como por arte de magia, y desde dentro se escuchó:

-¿Quién anda ahí?
-Lo siento , creíamos que no había nadie, quizás no se lo cree, pero hemos entrado por el tejado porque todo está infestado de zombies y estábamos escapando de ello.
-¿Zombies?


La puerta se abrió, y un chico de más o menos mi edad, nos pidió que entráramos adentro.

- ¿Zombies? ¡Dios mío! He estado años preparándome para algo como esto.

Miró en su armario, lleno de maletines, y empezó a murmurar:
- Kit anti-explosiones, no, Kit anti-terremotos, no,este tampoco... ¡Aquí está! Kit anti-zombies.- Lo cogió siguió hablando:- Perdón por no presentarme, soy Javier.
- Hola Javier, yo soy Santi y esta chica es Estela, una pregunta, ¿cómo es que nunca te he visto por aquí?
- Muy fácil, me acabo de mudar.
- Perdón, pero ¿Cómo has hecho lo de la puerta? - Preguntó Estela.
-Sencillo, a estos dos topes de aquí, le he puesto un resorte que hace que si pulsas ese botón de la pared, la puerta se cierre automáticamente, es lo primero que he hecho al llegar aquí, ya sabéis, por los ladrones y todo eso, en mi tiempo libre me dedico a hacer inventos. --Pero ese no es el tema, hablarme más de los zombies.


Una voz se oyó de detrás de la puerta:

-¿Alguien a dicho zombies?

Apareció otro personaje idéntico a Javi, bajito, moreno y con esa actitud de emoción en la cara.

- Tranquilos, es mi hermano Raúl, no le hagáis mucho caso, está un poco loco, se cree Sherlock Holmes.
- Tu si que estas loco, hermano mío, que te crees Thomas Edison con tus inventos, contadme ¿Cómo empezó todo?


Estela respondió:

- Pues estaba yo en clase, aburrida como cualquier otro día, cuando de pronto, el profesor se desmalló, y justo después se levantó, y mordió a Gille, que le pasó lo mismo y empezó a morder a todos de la clase, así que salí a fuera y me encontré con Santi.
- Deduzco que te sientas en última fila, ya que si no, no te habría dado tiempo a escapar, también deduzco que habéis entrado aquí por el tejado.
- ¿Cómo lo has sabido? - Pregunté yo.
- Elementalmente, por que el tragaluz estaba abierto, pero eso no nos importa, que la infección ha empezado aquí, significa que aún estamos a tiempo de salvarnos, yendo a un lugar donde no haya muertos vivientes, ahora mismo es fácil, ya que todavía no ha dado tiempo a que la enfermedad se disperse, hay que encontra un lugar donde nos podamos defender de ellos, pero a la vez, evitar que la enfermedad vaya a más.
- La podríamos defender con muchos de mis inventos.
- Tus inventos son inútiles, no hay nada mejor que la ciencia de la deducción para salvarnos.


Los dos hermanos empezaron a discutir, era la clásica pelea entre hermanos, si uno dice blanco, el otro dice negro; si uno dice perro el otro gato. Tras unos largos e incómodos instantes, Estela gritó:

- ¡Queréis callaros de una vez!
- Claro que si, preciosa. - Dijeron los dos a coro.
- Esto... tengo novio ¿Vale? ¡Nacho, es verdad, tenemos que ir a por él!
- Exacto, así que dejar de discutir y nos vamos – Aclaré yo – Coged las cosas que sean necesarias y nos vamos.
- Yo, con mi Kit, tengo bastante. - Dijo Javier.
- Tu y tus estúpidos kits, para que quieres eso teniendo picardía.


Esto, dio lugar a otra estúpida pelea entre hermanos, que acabó igual que la primera.
Cogimos todo lo que nos podía servir, y marchamos hacia casa de Nacho.
Ya era tarde cuando llegamos, yo nunca había estado en su casa, era enorme, con piscina y todo lo que se pueda tener. Tocamos en el timbre, una chica no abrió la puerta.

- Damisela – Dijeron los dos hermanos.

Nos dejó pasar, era la prima de Nacho, tenía un año menos que nosotros, y estaba allí porque en su instituto había fiesta.
Nacho llegó poco después.



Ale, eso es. Venga adios, que me tengo que ir a la EOI.



2 comentarios:

  1. No está mal chaval, pero no te voy ha escribir el final, eso sería demasiado fácil, deberías repasarla y terminarla tú, porque tiene chispa y te estaba quedando bien y tienes cuerda para unos cuantos capítulos más.

    Un beso campeón!

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    1. La escribí hace tres años, además cuando me aburría en Bádenas, y no es que no tenga tirón, solo que ahora la leo y veo que esa ya no es mi manera de escribir, quizá algún día siga, pero por el momento...

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