Ya había oído de boca de los que se atrevieron a dar el paso antes que él que, si lo hacía, acabaría embarcado en un camino nada fácil de altibajos, condenas, penas y amarguras; además, si emprendía esa aventura le esperaba sin remedio el inevitable día de su muerte, pero inflándose de valentía, sin pensarlo dos veces, decidió cruzar la línea y arriesgarse a nacer.
Nota: este microcuento participa en varios concursos, en el caso de que se buscase para confirmar su originalidad, la autoría seguiría siendo mía. Un saludo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario